Rosario Ferrer Gutiérrez, Instructora de Arte del centro escolar José Martí, en la ciudad de Morón, recibe este 18 de febrero numerosas expresiones de cariño, respeto y admiración de los estudiantes, lo que para ella constituye un estímulo para continuar en la Educación Artística, frente donde acumula 16 años de labor.
Rosario era aquella menuda niña de la escuela América Latina, localizada en Punta San Juan, en Punta Alegre, que se autoproponía para cantar, recitar y actuar en todos los matutinos y actividades que se organizaban en esa institución, porque refiere que desde muy pequeña sentía vocación por el arte.
Fue así que ingresó en la Escuela de Instructores de Arte Manuel Suárez Delgado que funcionó en Ceballos 7, provincia de Ciego de Ávila, donde optó por las especialidades de música y teatro, manifestaciones por las que sentía mayor inclinación.
Egresó de ese centro en el 2006 cuando se realizó su tercera graduación y enseguida fue ubicada, precisamente en la escuela América Latina, hasta que se trasladó para la ciudad de Morón y formó parte del colectivo de la institución educativa José Martí, donde labora en la actualidad.
Considera que la Educación Artística es algo que llama mucho la atención de niños y jóvenes, donde se descubren muchos estudiantes con inclinaciones hacia las más diversas manifestaciones y agrega: "muchos estudiantes quieren ser Instructores de Arte y eso me satisface".
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